Desiertos, Videoclips y Salsa de Tamarindo
1. Desiertos, Videoclips y Salsa de Tamarindo
Menudo títulito: Desiertos, Videoclips y salsa de tamarindo … ¿que tendrán que ver entre ellos?
Eso mismo me preguntaba yo. Si quieres saberlo, habrás de quedarte leyéndome…
A veces siento que la vida, mi vida, tiene un movimiento en espiral, como el de las galaxias o el ADN, que va orbitando respecto a un eje central y que discurre siempre en un movimiento pulsante, subiendo y bajando, acercándose o alejándose de ese centro que siento casa, mi refugio más nuclear. A veces la pulsación me ha alejado tanto de ese centro que, me he sentido lejos hasta de mi propia vida, como en 2004, fecha en que me tomé un año sabático para reubicarme.
Viajar, puede parecer que tenga una sola dirección, hacia delante, hacia el futuro, hasta puede ser que se sienta de subida y cerca, como de estar por casa ya que vibra con tus gustos actuales. Pero para mi tiene ese mismo movimiento de vaivén, como si fuera recorriendo un mismo camino por pistas paralelas no tan lejanas entre ellas.
2024-2025 está siendo, definitivamente, mi segundo año, sabático, más bien semi sabático y me recuerda, en la forma, a la sensación que tenía en 2004 cuando me tomé el primero. La diferencia radica en que el de antes desprendía un tufillo a huida y ahora lo siento como algo más de tipo introspectivo, hay más conciencia pero, en ambos casos estoy “buscando”… el olor que se desprende ahora me recuerda a cuando entras en esas cuevas un tanto húmedas con algo de eco, llenas de misterio que, inicialmente pueden parecer oscuras, pero a la que empiezas a mirar detenidamente, y te sacudes de encima el miedo y la inquietud inicial tras asegurar cada rincón, puedes comprobar que eso también puede ser un buen refugio temporal: un lugar aparentemente desconocido que te protege de las inclemencias del tiempo, te proporciona un clima neutral más allá de lo que suceda en el exterior. Te da cobijo. Te permite observar fuera desde un lugar de seguridad. Esa parte de fuera tiene otros matices, otra realidad y otra mirada. Hay humedad, agua, vida. Y también percibo un silencio agudo, casi punzante… que me permite escuchar hasta mis susurros más lejanos, de esos a los que normalmente evito prestarles atención.
En algún sitio he leído que la vida son repeticiones cíclicas, no recuerdo si, de cada 7 o 10 años, pero realmente todo esto pinta a repetición. Same same but different que dicen los indios. Un futuro que parece, de alguna manera, que viene a dar una vuelta de tuerca más al pasado, esta vez, por una pista nueva.
Y perdida en estos pensamientos es me encuentro conduciendo mi furgo hacia el cabo de Gata. No creo que los destinos que escogemos sean porque sí. Hace años que le tengo ganas, y simplemente, ahora he visto que era el momento. Y aquí me encuentro entre carreteras semi desiertas, paisajes secos, inhóspitos, silencio, mucho silencio. La sensación me recuerda a los otros desiertos en los que he estado, en India, Uzbekistan, pero allá estaba con mi familia o con amigos y no podía prestar tanta atención a los mensajes del silencio.
Recuerdo que hace un par de viernes me hicieron una tirada de Tarot, y me salió que me tengo que trabajar mi lado femenino. Esta cantinela la llevo escuchando desde los últimos 10 años, con la carta astral, las cartas del animal simbólico y porque no le pregunto a la pitonisa Lola, que apostaría me auguraría lo mismo… y siento que el universo está dejando de ser sutil y me llama continuamente a la acción, o a la inacción, quien sabe, pero de ponerle foco a este tema.
Pero ¿sabes qué me pasa?, que no tengo ni idea de que me hablan. A ver si me explico.
¿Has probado alguna vez la salsa de tamarindo? Es una de mis salsas favoritas de Asia. Tiene un sabor entre acido, amargo, dulce afrutado y con una textura un poco más líquida que la mermelada. Todo junto en su justa medida, le da su sabor característico y que para mí es como una explosión en la boca, que me parece fascinantemente sabroso y único.
Si no la has probado, sí que habrás tenido la experiencia de sus ingredientes por separado, sabes lo que es acido, lo que es amargo y lo que es dulce afrutado, pero la experiencia en si de esta salsa, ni lo que produce su sabor característico, no lo has podido tener.
Eso me pasa a mi con lo de mi lado femenino: soy mujer, soy madre, sé seducir, pero no tengo ni idea de cómo se supone que tendría que ser todo eso junto. Y con mi lado masculino ambicioso y racional siempre en juego, esto se convierte en una mandanga.
Mi mirada siempre ha estado puesta en papá, un empresario ambicioso, y exitoso, cuyo gen luzco orgullosa y que, para honrar el legado, lo he venido defendiendo a capa y espada todos estos años con mi vida.
Y de nuevo en el presente, lo que hago en la furgo, cuando ese silencio que me trae estos mensajes susurrados tan vitales, siento que me abrumaban, es ponerme la play list de “roadtrip”, con la intención de distraerme un rato. Pero, el movimiento espiral cíclico parece que no perdona el momento y como un oráculo, empiezan a sonar los primeros acordes de la canción “Take on me” del grupo A-ha “ y solo puedo hacer que sonreírme. Este ¿mantra? se me aparece de una forma bien inesperada. ¿Será que lo femenino va de esto? ¿De abrirse a otras formas?, ¿a mirar distinto, desde otro lugar? Si lo piensas bien, las madres acogen con amor incondicional a todos sus hijos y a sus particularidades. Se salen de lo lineal, del como tendría que ser, o de lo práctico. Se toman más tiempo, paciencia, una mirada tierna y compasiva. Asi que inspiro profundamente y me abro a escuchar este peculiar mensaje- mantra, que no para de resonar con las imágenes del video clip en mi cabeza.
La historia que cuenta es prácticamente la de un encuentro casual, casi imposible, entre ficción y realidad: un hombre de un comic y una mujer de la vida real. La tira del comic muestra a un protagonista que está compitiendo en una carrera de motos, en una vida de pura acción. Mientras tanto, una chica, en una vida real tomándose un café tranquilamente mientras está leyendo el comic, hasta que de repente sucede el encuentro, se perciben el uno al otro, cada cual desde su mundo. El le tiende la mano para que entre en el comic. Se empiezan a conocer hasta que se ve que ella ahí peligra y regresa. Se siguen buscando, hasta que, por fin, él encuentra la manera de salir del comic golpeando las viñetas y aparece en esta nueva realidad de ella. Mientras se habitúa, se va tropezando y golpeando con las paredes en este nuevo mundo por conocer.
Y el oráculo me hace un guiño recordándome que quizás esa forma en que aparece, si tiene algo que ver con sus sabias palabras atemporales de Conocete a Ti Mism@,: «probando» otras cosas, otras realidades…
4 respuestas
En un par de meses, iré a conocer a mi «yo jubilado» al maravilloso Cabo de Gata 😉
que fort…jubilado ya? si antes no entrabas en casa….me preparo para disfrutar de tus fotitos tambien. muack primo
Me encanta como escribes. Que gran tema tan actual, las mujeres parece que hemos perdido nuestro lado femenino, con tanto patriarcado, y capitalismo que nos invita a ser mujeres fuertes, capaces, luchadoras, que llevan pantalones!! Para mi, como mujer, mi lado femenino es el que se permite divagar, estar creativa, aceptar lo que la vida me trae, tiene mucho que ver con el acoger, no con el accionar del masculino, sino con el recibir. Desde la perpectiva de la Geometria Sagrada, siempre digo en mis cursos, que el femenino es la energia que acoge, cuida, protege, abraza, que todos queremos sentir de una madre que nos ama y cuida incondicionalmente, es un arquetipo de femenino. Gracias por invitarme a reflexionar, un abrazo
gracias bella !!! me has dado mas material para darle al coco